Photo: Garry McLeod; Alamy; Yva Momatiuk & John Eastcott/Getty
El fin del mundo ha sido anunciado muchas veces en la historia de la humanidad. La última fecha que los augures pronostican como el fin de línea es el 21 de diciembre próximo, cerca del medio día, hora occidental. De acuerdo al calendario maya, en ese instante sobreviene el esperado apocalipsis, justo cuando el sol y nuestro sistema solar esté alineado con el centro de la galaxia.
Lo más probable, es que al día siguiente, el día 22, estemos buscando al responsable de esos anuncios que nos obligaron a vender todo, y a vivir nuestros últimos días según nuestros impulsos, y las últimas horas con el insoportable temor y sobresalto de lo que ocurriría, cuando desde el profundo centro de la vía láctea, un rayo de increíble poder energético lo destruiría todo. Peor aún, si los alienígenas de la estrella oscura comenzaran la invasión terrestre, y nos metieran uno a uno en tarros de conservas, para ser vendidos en los mejores supermercados del universo.
Si ha de haber un final, ese no será parecido a lo relatado. En el vínculo, algunas formas de cómo pudieran cabalgar los jinetes del apocalipsis, cuando llegue el momento oportuno, por supuesto.
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