Son viajes que se hacen a una edad en la que uno se siente poderoso y eterno. Y los ronda cierta intensidad que puede nublar el equilibrio entre la confianza en el universo y el sentido de alerta contra el machismo asesino de este continente. Contra la atrocidad. Esos viajes, los de esa edad, atraviesan fronteras de transición, fronteras que chocan con otras menos literales y que, a veces, no se pueden atravesar. Una delgada línea, que no siempre es roja, que no siempre es clara, que puede ser invisible y ocultar una trampa mortal.
http://apuntesdemillalonco.blogspot.com/2016/04/euforia-y-riesgos-de-las-primeras.html